Su historia es intrigante. En la Antigüedad, los simples mortales acudían a los magos y adivinos para beneficiarse con sus poderes de adivinación. En la Edad Media, la magia se identificó fuertemente con la alquimia y la astrología, por lo que fue considerada demoníaca por la Iglesia católica. En el Renacimiento, la magia volvió a despertar interés. Más tarde, la Ilustración impuso al pensamiento científico por sobre la magia, que fue desacreditada una vez más.
Hoy, el reinado de la ciencia prosigue. No obstante, esto no ha impedido que el pensamiento mágico se mantenga con vida. Sus manifestaciones son infinitas y se dividen en dos tipos: la magia blanca y la magia negra.
¿Qué es la magia?
La magia, entendida como un arte o ciencia oculta, apela a fuerzas invisibles para producir resultados sobrenaturales por medio de rituales, conjuros o invocaciones. Incluye prácticas de adivinación, astrología, alquimia, necromancia y hechicería.
El propósito de la magia varía y puede ser adquirir conocimiento, poder, amor o riqueza; sanar o prevenir enfermedades o peligros; garantizar el éxito de un proyecto; revelar información e inducir una transformación espiritual.
La efectividad de la magia está determinada por el potencial del mago; solo él puede acceder al conocimiento necesario para controlar las fuerzas invisibles a través de ciertas palabras y acciones.
La realización de la magia depende del uso de determinados elementos:
- Hechizos. Se valen de palabras y números simbólicos, que se cree encierran un poder intrínseco.
- Medicinas. Estas incluyen hierbas, piedras u objetos sagrados y están destinadas a sanar. Por ejemplo, el ajo y las cebollas se utilizaban como antibióticos en la Europa medieval.
- Ritos. O ceremonias, que implican el cumplimiento de requisitos rigurosos para demarcarlas de la vida ordinaria.
Magia blanca
La magia blanca es benéfica y se enfoca en potenciar la prosperidad y ahuyentar la mala suerte. Sus practicantes han sido conocidos con una multiplicidad de nombres: sabios, sanadores o brujos.
La magia blanca es la antítesis de la magia negra, que es egoísta y, en su peor aspecto, puede tornarse vengativa y destructiva. A diferencia de esta, la magia blanca se rige por la ética de la bondad y la amabilidad.
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La magia de pensar en grande
La magia de pensar en grande es una actitud de vida planteada por el motivador David J. Schwartz en su libro homónimo (1953). Tal actitud vital se ancla en la convicción de que los pensamientos encierran poder y que esta conciencia puede ser transformadora. He aquí su magia:
- Si crees que puedes tener éxito, lo tendrás. Hery Ford lo sabía muy bien, cuando afirmó: «Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no, estás en lo correcto».
- Las excusas son el mayor obstáculo en el camino de la felicidad.
- La llave es potenciar la autoconfianza y, por consiguiente, debilitar el miedo, que te roba la energía y te enferma.
La magia del pensamiento positivo ha sido retomada por disciplinas como la psicología positiva y creencias como la ley de la atracción.
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Magia negra
La magia negra implica el uso de poderes sobrenaturales para la consecución de fines egoístas, malignos o criminales. Es el tipo de magia que no tiene cabida en Horóscopo Secreto.